Prisión permanente revisable

La carencia de perspectiva genera el dogma donde acotar el horror

La venganza social y el mecanismo que la sustenta, es paralela a la crueldad que se busca atajar

La violencia causa horror, con menores involucrados se torna en pesadilla que requiere casi de inmediato una explicación, un motivo convincente para entender la causa final del hecho. El dogma siempre ha servido para proporcionar la respuesta rápida y necesaria con el fin aplacar la angustia producida, pero no posee la capacidad didáctica de mostrar los mecanismos que han generado tal comportamiento violento, provocando además una reacción en cadena de acción/reacción, sin componentes de racionalidad en ambos casos.

Explicar el caos como un acto en si mismo, separado de las conexiones que lo han ido forjando socava el principio de proporcionalidad basado en la ponderación y la justicia.

Es, por otro lado, un potente anestésico para acotar la lógica rabia de las víctimas destrozadas por el sufrimiento y necesitadas de amparo, pero es también un instrumento malintencionado dirigido hacia todo el espectro social con fin de ocultar la injusticia, la causa primera donde nacen los monstruos, pretendiendo con este hecho demostrar homogeneidad y empatía entre arriba y abajo, por ende, razón.

Este escrito no pretende minimizar la barbarie, tampoco justificar al verdugo, sino exponer una opinión de las causas* que han llevado a una persona nacida como humana y su transformación en  fracaso, influenciada por factores sociales que le han desestructurado emocionalmente, por medio de su personal comprensión de la subsistencia y su racionalización, para destruir a otro ser humano inocente y su propia humanidad.

Un niño soldado y su experiencia en el ejército, es buen ejemplo de la trayectoria que le convierte en asesino.
Una adolescente sometida a abusos sociales y su conversión al estatus de inmigrante irregular sin oportunidad para acceder a trabajos formales que le empujan hacia la prostitución, es otro ejemplo.

* Continuará